La silueta esbelta y armoniosa de su castillo-palacio domina Olite, pequeña ciudad situada en el centro geográfico de Navarra, a 42 kilómetros al sur de Pamplona.
Sede real durante la Edad Media, los gruesos muros y torres almenadas del palacio alojaron a reyes y princesas. Declarado monumento nacional en 1925, constituye el ejemplo más importante del gótico civil de Navarra y uno de los más notables de Europa.
Un recorrido por las estrechas rúas de Olite le permitirá pasear al abrigo de nobles caserones de piedra con escudos de armas y grandiosos aleros de madera; galerías medievales y espléndidas iglesias, además de descubrir el recinto amurallado romano.
El clima mediterráneo ha hecho también de Olite la capital del vino. Acérquese a sus bodegas y deguste sus caldos. Déjese guiar y todo el conjunto le trasladará a una época de torneos, reyes y princesas, magos y juglares, halconeros y arqueros, que vuelven a la ciudad cada mes de agosto para celebrar las Fiestas Medievales.
También en verano, la ciudad alberga el Festival de Teatro Clásico de Olite.