Explosión de la naturaleza
Estamos a finales de abril.
Los campos de cereal están con un verdor intenso, agradeciendo las lluvias caídas y la buena temperatura. La colza está con todo su intenso color amarillo salpicando el paisaje y la cebada con ganas de sacar la cabeza. El girasol, recién sembrado.
El bosque ya empieza a moverse. Los árboles están sacando la hoja y, en Abínzano, destaca el color verde claro de las hojas de las hayas.
La fauna se deja ver. Corzos, jabalís, zorros, tajudos, son los mayores mamíferos de la zona (qué bonitos son los corzos, que andan emparejados).
Entre las aves rapaces, a las ya residentes como el milano real, el busardo ratonero, el cernícalo, el buitre leonado o el quebrantahuesos, han llegado el milano negro, el águila culebrera, la aguililla calzada, el aguilucho cenizo y el autillo. Nos falta por ver el alimoche que es fiel a su cita todos los años.
Los pequeños pajarillos andan preparando sus nidos, el gorrión, el herrerillo, el carbonero, el petirrojo, el colirrojo, el pinzón, la tarabilla, la curruca capirotada, la lavandera blanca, etc. etc. al igual que las perdices.
En el bosque se ve al arrendajo y se oye cantar al cuco.
Durante el día, las corderas pastan junto a la casa.
En fin… naturaleza por los cuatro costados.
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